Tenemos que coger uno de los paños que habitualmente tenemos en la cocina y humedecerlo rápidamente bajo el grifo. A continuación, escurre bien el trapo porque, de lo contrario, podríamos empeorar la situación pues el aceite reacciona de una manera muy violenta con el agua.
El paño húmedo impedirá la entrada de oxígeno y se parará la combustión.
Si echamos agua vamos a producir una reacción muy violenta pues esta, al pasar a estado de vapor, empuja al aceite al exterior de la sartén, provocando una gran llamarada o incluso un incendio.
No es eficaz utilizar agua en fuego por aceite, gas, grasa ni
aparatos eléctricos. Por ejemplo, al echar agua en una sartén con aceite
caliente, el agua se vaporiza arrastrando gotas de aceite que prenderán
inmediatamente. El agua pasaría a estado de vapor bruscamente, provocando que
el aceite salte y generando llamas hacia el exterior.
Aportado por Carlos, Patricia, Aitana, Pablo, Laura, Hugo, Javier y Nicolás.
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