Si bajamos el brazo y lo mantenemos un momentito abajo resulta que volvemos a tocar la pared.
¿Qué ha pasado?. ¿Será magia?. ¿Estaremos menguando?.
Eso es debido a la paradoja de Codeman, cuyo fundamento es el hecho de que, haciendo unos movimientos determinados con las articulaciones de la espalda, sus músculos se contraen ligeramente.
Puede volver a su tamaño con solo soltar el músculo. Esto demuestra que los músculos sólo pueden contraerse, y que para retomar su estado relajado necesitan la ayuda de otros ‘colegas’ que lo estiren.Aportado por Laura, Aitana, Lucia, Nicolás y Nerea
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